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Entrevista Javier Kühn director y guionista español

Javier Kühn Javier Kühn

El 31 de marzo se estrenó en cines ‘19, solos frente a la verdad’, un documental dirigido por Javier Kühn, con el que ha debutado como director de largometraje con un proyecto ‘personal, directo y que pone encima de la mesa las vivencias personales ante la realidad del día a día. 

Once grandes actores y actrices españolas se desnudan ante la cámara para revelar qué experiencia positiva y transformadora han vivido durante los difíciles momentos del COVID 19. Marian Álvarez, Imanol Arias, Alicia Borrachero, María Castro, Lolita Flores, Javier Gutiérrez, Fele Martínez, Belén Rueda, Jorge Sanz, Luis Tosar y Unax Ugalde han participado de esta iniciativa en la que todos ellos se encuentran solos ante la cámara, sin texto, con total libertad de compartir algo con el espectador. 

19. Solos frente a la verdad¿Cómo surge la idea de este proyecto? 

Los productores me hablaron del proyecto, que a mi me pareció una muy buena idea, abordar el tema de la pandemia desde un punto de vista positivo, descartando toda la negatividad que nos rodeaba en ese momento (grabamos en el momento álgido de la pandemia). Con esa premisa del tono positivo busqué darle un formato de testimonial.

Es tu debut como director en un largometraje, ¿no te pareció una idea demasiado arriesgada para debutar o el objetivo era buscar algo sorprendente y fuera de lo normal, más personal? 

En realidad se trata de un encargo, y no tanto una idea mía. Aún así me pareció un reto bucear en un documental de estas características. Cuando me lo propusieron, el reto fue darle la forma.

Estudié componer los planos anteponiendo una intención estética, cuando esta suele ser narrativa. Pensé en agarrar al publico usando sus instintos primarios —miedo, esperanza, curiosidad, etc.— y no recurriendo solo a la emoción estética, utilizando un tipo de plano para cada situación emocional concreta. Todo eso, unido a una realización y un montaje que cambia constantemente de plano, haciendo que se esquive la fatiga visual.

Utilizamos tres cámaras, una frontal, una lateral y luego teníamos una cámara autónoma para registrar esos primerísimos planos. Necesitaba ver cada surco de arruga, cada poro de piel.

Al fin y al cabo, este es un viaje de claro-oscuros, en el límite donde el optimismo y la esperanza acaban por encontrarse.

El documental cuenta con la participación de un elenco de actores y actrices consagrados y muy queridos en España. ¿Cómo fue la elección de los protagonistas? ¿Costó mucho cuadrar agendas con la cantidad de compromisos profesionales que tienen anualmente estos artistas? 

No hubo un 'casting' al uso. Aquí el problema no eran los nombres de los actores, sino la agenda de ellos. Cuando empezamos a llamar a los distintos actores y actrices, el gran problema fueron las fechas, porque es cierto que cuando hubo una mínima apertura, justo después del confinamiento, ellos tenían compromisos adquiridos, se habían parado rodajes que tenían que continuar, se abrían algunos teatros, los cines abrían respetando normas de aforo, etc. y cuadrar las agendas de todos ellos fue realmente un encaje de bolillos.

Había mucha gente que nos gustaba, pero no estaban todos disponibles. A partir de ahí, había que descartar a alguno y pasar al siguiente… que era igual de válido que el primero. Así que más que una selección, nos tuvimos que ajustar a quien estaba libre en ese momento. 

Lo saludable hubiera sido rodar de continuo el documental, pero claro, no podíamos por las agendas de ellos. Arrancamos con Imanol y Luis, y no pudimos rodar con el con el resto hasta muchos meses después. Al final, una tercera parte, la terminamos con Belén y María. 

Pero quiero aclarar que no buscaba que fuesen más o menos conocidos, sino que tuvieran una oratoria atractiva. 

¿Cómo reaccionaron cuando les presentaste el proyecto? 

A corazón abierto. No solo veían el proyecto interesante, sino necesario.

Aquí no hay guion. Cada cual traía su discurso de una forma libre y yo les permitía hablar de lo que quisieran, siempre respetando ese tono positivo. Yo les pedí que se desnudaran. Pero esa desnudez es muy difícil en un formato como el testimonial, que es de los formatos más crueles que existen cuando ruedas, porque el actor no está interpretando un papel, un personaje. Está hablando a un objetivo, a una cámara que no le da la réplica. Esta desnudez emocional es muy difícil para ellos, pero sí les pedí que fueran sinceros, y creo que eso sí se refleja en el documental.    

Éramos un equipo reducido precisamente para sumergirles a cada uno de ellos en esa intimidad que el relato necesitaba y de la que ellos también precisaban para contarla.    

¿Hay alguno que te sorprendiera especialmente por la historia que cuenta o su forma de expresar y llegar al espectador? 

A mí me conmueve el discurso global. No hay o no sabría decir si hay una parte que me conmueve más que otra. Si me sorprendió que contasen cosas que nunca antes habían contado públicamente, como en el caso de Fele. Pero es que llegan a un punto del relato en que necesitan vomitarlo y eso parece un paso muy valiente. 

Desvelar sus vulnerabilidades y miedos, para encarrilar el documental con destino a un terreno en el que los afectos se convierten en los principales argumentos. 

Lo que aquí se cuenta es una narración de sentimientos y emociones.  Quería que los actores “sudaran” “humanidad por todos sus poros convirtiéndoles en personajes sin una pizca de heroísmo. En este documental la comunicación es estar, es coincidir, es aguantar la situación de tener que estar quietos ante el objetivo… entrever cómo los personajes se hallan al borde del abismo o la esperanza.

En un principio no se pensaba estrenar en cines pero debido al éxito y la respuesta del espectador, se estrenó en los cines de España el pasado mes de marzo. ¿Dónde crees que reside el éxito de este documental? 

El film se presentó en la 67ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, Seminci, dentro de la sección Proyecciones Especiales, con una excelente acogida por parte del público y la prensa. Así que la distribuidora decidió que antes de la plataforma, merecía un estreno en salas. Y funcionó. 

Para mi la sala de cine contribuye a fortalecer la idea de que lo que acontece en la pantalla es algo íntimo y verídico. Esa técnica en el documental, casi de Nouvelle Vague, en una gran pantalla consigue transmitir un cosmos de sensaciones.

Ha sido su primer largo como director tras una larguísima trayectoria de cortos ¿Tiene nuevos proyectos que nos puedas adelantar?

Ahora mismo trabajo en varios guiones de ficción y estoy al habla con algunas productoras para la financiación de un primer largometraje. Y no descarto poder rodar un nuevo cortometraje el año que viene.

El Festival Internacional de Cortos de Soria se hace eco de todo ese éxito e incluye la proyección del documental en su programación a modo de homenaje. Es un Festival que busca impulsar nuevos talentos del cine y sirve de trampolín para que puedan darse a conocer ante grandes profesionales del sector que acuden a esta cita cultural. ¿Qué consejos darías a los futuros cortometrajistas?

El mejor consejo que puedo dar es que sean fieles a su propio estilo y cuenten sus historias de la forma que ellos escojan. Puedes aceptar sugerencias de todos pero al final tienes que permanecer fiel a tu propia estética. Si no, acabas haciendo la película de otro.

Y que se rodeen de gente que sepa mas que tú. Esto es una orquesta y tu vas a dirigirla, pero los músicos tienen que ser los mejores por que son sus instrumentos los que se van a oír. ¡Tu solo pones orden! 

Tu eres un ‘viejo conocido’ del Festival de Cortos de Soria, ¿qué recuerdas de tu paso por aquí? ¿Cómo fue tu experiencia?

Si, muy viejo! He estado en varias ocasiones, unas veces participando en competición con alguno de mis cortometrajes y también como jurado de la Sección Oficial. Siempre me he sentido muy querido cada vez que lo he visitado. Yolanda Benito, además de considerarla ya una amiga, es una magnifica anfitriona con todos y cada uno de los que visitamos el Festival. Pone todo el corazón para que Soria sea un referente en cuanto a los festivales de cortometrajes en España, cuidando mucho la programación y el producto. Es un festival impecable! 

Siempre me sorprende el tipo de cine en este festival porque sabes que es muy interesante.

Y qué rico se come en Soria!

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