SORIA, 17 DE NOVIEMBRE. Ocho actores y un técnico, dos películas de Luis García Berlanga (‘El verdugo’ y ‘Bienvenido Mr. Marshall’) y un nuevo escenario, la biblioteca del Centro Cultural Gaya Nuño, conforman este año ‘Saliendo de la pantalla’, el espectáculo de microteatro que el Grupo de Teatro La Bo-eme ofrece hoy jueves 18 y mañana viernes 19 de noviembre dentro de la programación de la XXIII edición del Certamen Internacional de Cortometrajes Ciudad de Soria que organiza la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Soria.
Las entradas para disfrutar de esta actuación que La Bo-eme lleva ensayando desde hace alrededor de mes y medio se encuentran ya agotadas para los seis pases previstos (tres al día a las 18.00, 19.00 y 20.30 horas) que vuelven a sumarse a las múltiples actividades que el Festival soriano está dedicando a conmemorar el centenario del nacimiento del director de cine valenciano.
Un total de 10 escenas conforman esta sesión especial de teatro en la que los personajes de ‘El verdugo’ y ‘Bienvenido Mr. Marshall’ traspasarán el celuloide ante el público y serán encarnados por los actores sorianos. El programa teatral comenzará con la representación de cuatro escenas de ‘El verdugo’, “tres teatrales y una de imagen”, añade Gemma Martínez, codirectora junto a Begoña Martínez del montaje, y otras seis de ‘Bienvenido Mr. Marshall’, fragmentos que han sido elegidos por su especial singularidad o por su mejor facilidad para adaptarse al formato escénico, junto a otras “cortitas” para facilitar la transición de escenas y de decorados. Una voz en off, avanza Martínez, dará la bienvenida a los espectadores y ofrecerá unas pinceladas sobre la obra de Luis García Berlanga y su especial conexión con la provincia de Soria, de la que era oriunda su mujer, María Jesús Manrique, que este sábado recibirá el Caballo de Honor del Festival.
“Quien más va a disfrutar es la gente que conoce estas películas. La magia de ‘Saliendo de la pantalla’”, destaca la directora de La Bo-eme, consiste precisamente en ver cómo los personajes del celuloide rompen la barrera de las dos dimensiones y cobran vida. “Cualquiera que haya visto los filmes, va a reconocer las escenas”, añade, pero quienes no los hayan visto también podrán seguir sin problemas el argumento de la película porque se han elegido una serie de secuencias que ofrecen una panorámica de toda la producción cinematográfica.
Adaptar ‘El verdugo’ no ha sido difícil, pues La Bo-eme ya había montado anteriormente un espectáculo teatral basado en este filme. En el caso de ‘Bienvenido Mr. Marshall’, ha sido uno de los actores del grupo, Carlos López, a la sazón de Villar del Río, el nombre del pueblo en la película, quien se ha hecho cargo “con mucho cariño” de seleccionar las escenas y adaptarlas para su representación teatral.
Begoña Martínez, Carlos López, Carlos Pascual, César Gonzalo, Elena Fadrique, Gemma Martínez, Nicasio Martínez, Sonia Carnicero y Trini Gómez componen el reparto actoral que encarnará a los personajes berlanguianos en este montaje que lleva por título ‘Welcome, bienvenidos, hola’, en homenaje a ‘Bienvenido Mr. Marshall’.
Uno de los aspectos que más se ha trabajado este año dentro de ‘Saliendo de la pantalla’ es el vestuario. “Nos ha dado mucho trabajo. Todo el despliegue de medios lo hemos puesto en esta área”, reconoce Gemma Martinez. Ana Esteban se ha encargado de este departamento así como el del atrezzo consiguiendo aportar la autenticidad y la variedad de vestidos y trajes que se necesitaban para recrear las escenas de estos míticos filmes con los Luis García Berlanga comenzó ser conocido internacionalmente entre los años 50 y 60 del pasado siglo.
Asimismo, destaca la codirectora de este montaje creado específicamente para la XXIII edición del Certamen Internacional de Cortometrajes Ciudad de Soria, la biblioteca del Centro Cultural Gaya Nuño se ha revelado como “un espacio estupendo” para estas cortas representaciones de teatro que no superarán los 50 minutos de duración. “La biblioteca es un espacio muy bonito y muy adecuado para hacer microteatro”, concluye Martínez.
SORIA, 17 DE NOVIEMBRE. Mane Cisneros, directora del Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT), es una de las cinco personas junto al montador soriano Alberto del Campo, el actor marroquí Farid Fatmi y las realizadoras Paula Palacios y Elena Molina, que este año tienen la responsabilidad de elegir las mejores obras entre las 50 que compiten en la sección oficial del XXIII Certamen Internacional de Cortometrajes Ciudad de Soria, cuyo palmarés se dará a conocer este sábado día 20 de noviembre en el Palacio de la Audiencia. Aunque más allá de los premios, para Mane Cisneros el papel más importante de festivales como el de Soria o como el que ella misma dirige es ofrecer al público la posibilidad de poder conocer un tipo de cine que habitualmente no llega a las salas comerciales desde países por los que muchas distribuidoras no se atreven a apostar, a diferencia de otros estados europeos, como Alemania o Francia, donde es habitual encontrar filmes “de los cuatro rincones del planeta”, señala. “El espectador español de festivales hace tiempo que manda mensajes a los distribuidores sobre su interés creciente por estas cinematografías, queda pendiente que este mismo fenómeno se traslade a las salas”, concluye.
El propio Ciudad de Soria es un ejemplo de ello en esta edición con la heterogénea presencia de obras de 15 países, entre ellos Egipto (que participa por primera vez), Líbano, Corea del Sur , así como representantes de Europa y América.
“En el fondo estoy convencida de que detrás sigue aún habiendo un cierto miedo a lo desconocido aderezado de unos tópicos que hacen que el distribuidor aún dude” a la hora de incluir filmes de cinematografías poco conocidas en la cartelera española, argumenta la directora del Festival de Cine Africano de Tarifa.
En su caso, insiste, el Festival de Cine Africano de Tarifa nació en un momento en el que “el conocimiento y la difusión de los filmes de África en nuestro país era prácticamente nulo”, apunta, y con “el ánimo de crear una pantalla especializada para éstos y promover su difusión al tiempo que nos servíamos del cine como herramienta para desmontar estereotipos”. Después de 18 ediciones cree que “esas semillas, sembradas con rigurosidad, sacrificio y profesionalidad, han acabado dando frutos y hoy son muchísimos los españoles que saben que también en África se hace cine”, añade.
Los cortometrajes ‘Da yie’, de Anthony Nti, que ganó el año pasado el Ciudad de Soria al Mejor Cortometraje, y ‘Zombies’, de Bajoli, que obtuvo una mención especial, son un ejemplo de una pujante cinematografía africana aunque, en opinión de Mane Cisneros, que haya más o menos obras africanas en la programación de los certámenes no sólo responde a la capacidad de los cineastas, productores y distribuidores africanos e internacionales de mover las películas, “sino también al posicionamiento de los propios festivales” ante estas cinematografías.
El propio público del FCAT, asegura, es un ejemplo de cómo ha madurado en estas casi dos décadas de andadura. “Diría que en general, ha ido despojándose de estereotipos para centrarse en disfrutar de una programación cinematográfica de calidad que permite descubrir realidades del continente africano y de su diáspora contadas por cineastas africanos o afrodescendientes, porque a África siempre se la ha contado con voces ajenas”, recalca. Los primeros espectadores eran originalmente personas vinculadas al ámbito de las ONG que, señala Mane Cisneros, “ha ido consolidándose como un público cinéfilo en búsqueda de una inmersión en otras realidades, otros relatos y otras formas de contarlos”.
Para la directora del FCAT la frase “cada vez más recurrente” de que “el futuro está en África” puede aplicarse también claramente a su cine. “África, como la gran mayoría de los países considerados periféricos, es una cantera infinita de historias en espera de que alguien las lleve a la pantalla”, expone. El cine en África está marcado por un dinamismo y una frescura que puede que comience a faltar en Occidente. Y, eso, “historias, frescura, formas y formatos nuevos” es lo que, en su opinión, puede aportar el cine africano. Sólo falta, apunta, querer descubrirlo y apostar por él.